sábado, abril 30, 2016

LAS COLES DE BRUSELAS, ¿PORQUE HAY QUE CONSUMIRLAS? Receta:Coles de Bruselas con jamón.

LAS COLES DE BRUSELAS, ¿PORQUE HAY QUE CONSUMIRLAS?
Receta:Coles de Bruselas con jamón.
Por Juan Antonio Rayo. www.demesaenmesa.es
DE MESA EN MESA. REVISTA GASTRONÓMICA.

Las coles de Bruselas, llamadas también repollos de Bruselas (del grupo Gemmifera de Brassica oleracea; su nombre científico es Brassica oleracea var. gemmifera) es un grupo que se cultiva sobre todo en invierno,  de las coles caracterizado por su pequeño diámetro que se asemeja a diminutas coles. Técnicamente son brotes que aparecen del tallo de la planta y se recolectan cuando tienen una textura firme y un color verde intenso (existen variedades con colores rojo y/o morado). El borde de las hojas que cubre el núcleo central puede tener color ligeramente amarillento. El sabor es generalmente algo dulzón pero, a veces, con un fondo ligeramente amargo (debido a trazas de glucosinolato: sinigrina y progoitrina).

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Esta planta es relativamente reciente, ya que aparecen descripciones de la misma a inicios del siglo XIX (aproximadamente en 1821) en las cercanías de Bruselas, el nombre vulgar era “Choux de Bruxelles”.
Aparece frecuentemente asociada en Europa a platos invernales, como casi todas las coles. Algunas variedades tienen un ligero sabor amargo. La forma en que se deben cocinar ha sido origen de un acalorado debate, ya que existen muchas recetas caseras que evitan el olor desagradable y que al mismo tiempo ayudan a mantener el aroma dulzón a nueces, una de las opciones es la técnica de cocina conocida como Stir frying. Muchos cocineros consideran que la col tiene sus máximas propiedades aromáticas y organolépticas a finales del invierno, cuando los brotes han sido expuestos a las heladas invernales.
Dentro de sus propiedades, se ha comprobado la importancia que tienen todas las coles en impedir la aparición de los tumores cancerosos. De entre todas ellas, Las coles de Bruselas constituyen los alimentos más adecuados para que no se desarrollen cánceres en el aparato digestivo.
Se ha comprobado como aquellas personas que comen habitualmente este alimento presentan los índices más bajos de esta enfermedad.
La razón de todo ello hay que atribuirle a la presencia de una serie de elementos anticancerosos: los carotenoides, la clorofila y los glucosinolatos. Todos ellos son potentes antioxidantes que estimulan las enzimas en el hígado, neutralizando los poderes cancerosos de las aflatoxinas. Con ello impiden la aparición de tumores en el colon, estómago y vejiga urinaria. Su riqueza en fibra también favorece la prevención del cáncer y puede aprovecharse para el estreñimiento.
Es bastante rica en vitamina A que resulta muy imprescindible para una buena visión, llegando a producir ceguera cuando las deficiencias en esta vitamina son muy importantes. También juega un papel importante en la salud de la piel y de las membranas del aparato respiratorio, así como el crecimiento de los huesos. Sin llegar a los niveles que poseen las zanahorias, y sobre todo las espinacas, las coles de Bruselas pueden ser otra alternativa para adquirir esta saludable vitamina.
Contienen mucha vitamina C más que las naranjas o los limones, aunque inferior a los pimientos o las espinacas. Es igualmente importante esta vitamina para la adecuada absorción del hierro, del calcio o de otros aminoácidos. De igual manera ayuda en la curación de las heridas.
Su deficiencia provoca una debilidad general en el organismo, manifestada en síntomas como cabello frágil, encías que sangran, heridas que no cicatrizan, pérdida del apetito etc. Es especialmente interesante comer este fruto en épocas de convalecencia, después de haber pasado alguna enfermedad porque ayuda a incrementar las defensas.
Es un alimento muy adecuado para los que sufran retención de líquidos, por lo que deberán comerlo habitualmente los obesos o artríticos o quienes pretendan bajar peso. Su riqueza en potasio interviene en la eliminación de líquidos corporales y en otros procesos muy interesantes como la calcificación ósea, el buen funcionamiento del corazón, del sistema nervioso o la construcción de la masa muscular.
Contienen mucho ácido fólico (folato). Un plato de estas hortalizas garantiza prácticamente las necesidades diarias de este elemento que se cifra en 200 microgramos, por ello, resultan muy adecuadas para el embarazo, dado que este alimento es necesario para que el parto se lleve adelante con normalidad.
Intervienen en la formación de los glóbulos rojos en combinación con la vitamina B12 y las células del organismo en general.
Y hoy también vamos a por una receta.

Coles de Bruselas con jamón.
Ingredientes:
1 vaso de agua.
20 coles de Bruselas.
100 gramos de jamón serrano.
100 gramos de cebolla.
1 diente de ajo.
1 rama de perejil fresco.
1 vaso pequeño de vino blanco.
1 pizca de sal y 1 pizca de pimienta.
2 cucharadas soperas de pan rallado.
4 cucharadas soperas de aceite de oliva.
Preparación:
En una cazuela ponemos a cocer las coles con agua y sal durante 20 minutos. Mientras, en una sartén con cuatro cucharadas de aceite de oliva, doramos la cebolla que habremos picado en cuadraditos muy pequeños.
Cuando esté dorada, agregamos el diente de ajo (también finamente picado), el jamón picado, el pan rallado y el vino blanco.
Cuando se evapore el alcohol del vino añadimos un poco del agua de cocer las coles y un poco de perejil picado.
Esta salsa la vertemos sobre las coles y dejamos hervir 5 minutos.
Y listo, para servir y comer.

Por todas las propiedades que he comentado anteriormente, animarse a comer Coles de Bruselas.
Buen provecho.